La rutina ha sido subestimada durante años
En una etapa de mi vida, cuando era niña, muchas cosas se movían en mi entorno constantemente. Luego de la separación de mis padres viví algunos años en casa de dos de mis tías y en casa de mis abuelos, mi hermano y yo compartíamos el espacio que la familia nos abría en sus rutinas. A veces era muy difícil para nosotros porque por más amor que nos brindarán no todos los hogares tienen los mismos valores o actitudes ante diferentes situaciones durante la crianza de hijos propios, sobrinos o nietos.
Ahora que soy mamá, me doy cuenta que la rutina en un hogar es súper importante, no solo porque permite a nuestros hijos conectar con hábitos sino porque instintivamente moldean el sentido del orden y de pertenencia permitiendo que se desarrollen de manera segura.
Lo cierto es que la rutina ha sido subestimada y durante muchos años he escuchado a personas quejarse de hacer lo mismo una y otra vez, hoy por hoy sé que lo que hace que exista agotamiento y frustración por hacer la misma actividad día a día tiene que ver más con hacer lo que no te no te gusta, otro tema diferente al que quiero tocar aquí con ustedes. Si bien es cierto que es bueno ser espontáneos y salirse de los planes, también es bueno ofrecerles un espacio de formación a nuestros hijos en sus primeros años de vida.
Las tareas diarias y constantes hacen que nuestros hijos reduzcan la ansiedad por lo nuevo, desarrollen independencia, fortalezcan lazos con su núcleo primario y aprendan hacer y a ser parte de las actividades del hogar.
He aprendido que la rutina de sueño en niños de 0 a 3 años, por ejemplo, les permite fortalecer su sistema inmune, mejora su rendimiento durante el día, su comportamiento suele ser menos desbordado, su memoria y salud mental se mantiene en optimas condiciones.
¿Sabías que durante los tres o cuatro primeros años de vida toda nuestra red neuronal está en construcción? Sí, toda nuestra memoria celular se forma en este período, entonces ¿puedes ver la importancia de la rutina en la crianza de nuestros hijos?
Cabe destacar, que mientras trato de hacer las cosas diferentes con mi hija me he evaluado una y otra vez, es un proceso constante, he desaprendido y aprendido muchas cosas, he adoptado nuevas habilidades, nuevos hábitos y nuevas facetas como ser humano, como mujer, como esposa y sobre todo como madre.
No todas las fórmulas son definitivas, influye mucho el entorno, los valores, el nivel socioeconómico, la cultura y otras tantas cosas que vale la pena tomar en cuenta, pero lo que sí es definitivo es que en esta época en la que vivimos es bueno retomar y mantener lo que importa, lo que permite que nuestros hijos a futuro sepan defenderse y actuar en las diferentes etapas de su vida, la experiencia adulta se facilita cuando de niños nos arman con herramientas que reducen las posibilidades de desbordarnos en patrones tóxicos.
Quiero compartir contigo, ahora que eres mamá primeriza, algunos tips que aplico y que sé que te pueden servir.
